Hay un hecho indiscutible y desolador: el capitalismo como modo de producción y su ideología política, el neoliberalismo, se han sedimentado globalmente de forma tan consistente que parecen hacer inviable cualquier alternativa real. De hecho, ha ocupado todos los espacios y alineado casi todos los países a sus intereses globales. Desde que la sociedad pasó a ser de mercado y todo se volvió oportunidad de ganancia, hasta las cosas más sagradas como los órganos humanos, el agua y la capacidad de polinización de las flores, los estados, en su mayoría, se ven obligados a gestionar la macroeconomía globalmente integrada y mucho menos a servir al bien común de su pueblo.
El socialismo democrático en su versión avanzada de eco-socialismo es una opción teórica importante, pero con poca base social mundial de implementación. La tesis de Rosa Luxemburgo en su libro Reforma o Revolución de que «la teoría del colapso capitalista está en el corazón del socialismo científico» no se ha hecho realidad. Y el socialismo se ha derrumbado.
La furia de la acumulación capitalista ha alcanzado los niveles más altos de su historia. Prácticamente el 1% de la población rica mundial controla cerca del 90% de toda la riqueza. 85 opulentos, según la seria ONG Oxfam Intermón, tenían en 2014 el mismo dinero que 3,5 mil millones de pobres en el mundo. El grado de irracionalidad y también de inhumanidad hablan por sí mismos. Vivimos tiempos de barbarie explícita.
Las crisis coyunturales del sistema ocurrían hasta ahora en las economías periféricas, pero a partir de la crisis de 2007/2008 la crisis explotó en el corazón de los países centrales, en Estados Unidos y Europa. Todo parece indicar que esta no es una crisis coyuntural, siempre superable, sino que esta vez se trata de una crisis sistémica, que pone fin a la capacidad de reproducción del capitalismo. Las salidas que encuentran los países que hegemonizan el proceso global son siempre de la misma naturaleza: más de lo mismo. O sea, continuar con la explotación ilimitada de bienes y servicios naturales, orientándose por una medida claramente material (y materialista) como es el PIB. Y ay de aquellos países cuyo PIB disminuye.
Este crecimiento empeora aún más el estado de la Tierra. El precio de los intentos de reproducción del sistema es lo que sus corifeos llaman «externalidades» (lo que no entra en la contabilidad de los negocios). Estas son principalmente dos: una injusticia social degradante con altos niveles de desempleo y creciente desigualdad; y una amenazadora injusticia ecológica con la degradación de ecosistemas completos, erosión de la biodiversidad (con la desaparición de entre 30-100 mil especies de seres vivos cada año, según datos del biólogo E. Wilson), el calentamiento global creciente, la escasez de agua potable y la insostenibilidad general del sistema-vida y del sistema-Tierra.
Estos dos aspectos están poniendo de rodillas al sistema capitalista. Si quisiese universalizar el bienestar que ofrece a los países ricos, necesitaríamos por lo menos tres Tierras iguales a la que tenemos, lo que evidentemente es imposible. El nivel de explotación de las «bondades de la naturaleza», como llaman los andinos a los bienes y servicios naturales, es tal que en septiembre de este año ocurrió «el día de la sobrecarga de la Tierra» (the Earth overshoot Day). En otras palabras, la Tierra ya no tiene la capacidad, por sí misma, para satisfacer las demandas humanas. Necesita año y medio para reemplazar lo que se le quita en un año. Se ha vuelto peligrosamente insostenible. O refrenamos la voracidad de acumulación de riqueza, para permitir que ella descanse y se rehaga, o debemos prepararnos para lo peor.
Como se trata de un super-Ente vivo (Gaia), limitado, con escasez de bienes y servicios y ahora enfermo, pero combinando siempre todos los factores que garantizan las bases físicas, químicas y ecológicas para la reproducción de la vida, este proceso de degradación desmesurada puede generar un colapso ecológico-social de proporciones dantescas.
La consecuencia sería que la Tierra derrotaría definitivamente al sistema del capital, incapaz de reproducirse con su cultura materialista de consumo ilimitado e individualista. Lo que no hemos conseguido históricamente por procesos alternativos (era el propósito del socialismo), lo conseguirían la naturaleza y la Tierra. Esta, en realidad, se libraría de una célula cancerígena que amenaza con metástasis en todo el organismo de Gaia.
Entre tanto, nuestra tarea está dentro del sistema, ampliando las brechas, explorando todas sus contradicciones para garantizar especialmente a los más humildes de la Tierra lo esencial para su subsistencia: alimentación, trabajo, vivienda, educación, servicios básicos y un poco de tiempo libre. Es lo que se está haciendo en Brasil y en muchos otros países. Del mal sacar el mínimo necesario para la continuidad de la vida y de la civilización.
Y , además, rezar y prepararse para lo peor.
*Leonardo Boff, articulista del JB online y escritor
Traducción de MJ Gavito Milano
Muy bueno
Gracias
Excelente, graciasssss
Me conforta que se difundan estas ideas, porque percibo al modo de producción capitalista como un modelo perverso que está destruyendo a la sociedad. Me basta con observar la realidad de mi país dominado por poderes, en el gobierno y en la economía, sumidos en la corrupción, que han propiciado la miseria , la ignorancia , la descomposición social y el crimen organizado. Yo aspiro a que en el futuro los sectores sanos del mundo puedan fundar un sociedad socialista y democrática. ( Por favor Sr. Boff, procure seguir publicando importantes artículos como éste, en español, porque yo no entiendo el portugués)
Republicou isso em Não ao Golpe2.
Republicou isso em Econo Marx 21.
Muy buen artículo, además de mostrar la crueldad del sistema capitalistas en la que la riqueza esta concentrada en unos cuantos y el grueso de la población vive en medio de la escacez, tambien invita a replantear el tema ecologica mundial que está tan de moda por estos días pero al cual no se le ha dado una solución verdaderamente de fondo.
ES EXTRAORDINARIO COMO EL HOMBRE SIGUE HOY ATRAPADO EN UNA VISIÓN ECONOMICISTA DE SU RELACIÓN SOCIAL CON EL MEDIO
A PESAR DE HABER AVANZADO TANTO EN TANTAS ÁREAS DEL CONOCIMIENTO…
LA VISIÓN ECONOMICISTA PUEDE METAFÓRICAMENTE, REDUCIRSE EN UNA ADORACIÓN AL “DIOS DINERO”.
DONDE PRÁCTICAMENTE TODO ESTÁ REDUCIDO A UN ANÁLISIS FINANCIERO, MAXIMIZACIÓN DEL COSTO-BENEFICIO Y LUCHA SIN CUARTEL POR LA REPARTIJA DEL INGRESO, O “PLUSVALÍA”
IZQUIERDAS, DERECHAS, PROGRES, NEOS Y CUANTO “ISMO” ANDE SUELTO POR ALLÍ, ES HIJO DE ESA BATALLA SIN CUARTEL…
BATALLA DONDE EL SISTEMA QUE ELLOS MISMOS SUPIERON CONSTRUIR, PRÁCTICAMENTE LOS VA TORNANDO CADA DÍA MAS PRESCINDIBLES…
YA CASI NO LOS NECESITA !!
LO QUE LE DA PIÉ A LEONARDO BOFF PARA AFIRMAR QUE SOLO LA TIERRA PUEDE MODIFICAR ESTA LOCURA
EN MI MODESTA OPINIÓN Y DEJANDO EN CLARO MI RESPETO INTELECTUAL POR DICHO AUTOR, CREO QUE HOY EL HOMBRE TIENE HERRAMIENTAS COMO PARA CAMBIAR ESTA CONDUCTA SUICIDA
POR EJEMPLO, SI EN EL PERVERSO SISTEMA DEMANDA/OFERTA DEJAMOS DE MIRAR EXCLUSIVAMENTE AL BENDITO “DIOS DINERO” (SEA ESTE OFERTA O DEMANDA…) Y FIJAMOS NUESTRA ATENCIÓN EN LA OTRA CARA DE DICHO TRUEQUE…
LA UTILIDAD, LA PRIORIDAD SOCIAL, EL CUIDADO DE LOS RECURSOS Y LA MAXIMIZACIÓN DEL USO; DEFINIRÍAN UN OTRO SISTEMA PRODUCTIVO MUY, MUY DIFERENTE
MARCADO POR LAS LEYES CIENTÍFICAS QUE RIGEN EL FLUJO DE ENERGÍA DISPONIBLE (SUSTENTABLE Y SUFICIENTE…)
Y NO POR LA ILUSIÓN DE ESE “DIOS DINERO” INEXISTENTE, PERVERSO E INSOSTENIBLE COMO ES HOY
El ateismo cotidiano fruto de una pobre vision de lo humano, uducados para tener y no para ser, espiritu mercantilista que tiende a pulverizar todo a su paso. Crear consciencia de trascendencia desde ninos, LA Vida tenga sentido.
Extraordinario, completamente de acuerdo.
Mi. Querido amigo leonardo escierto nuestra avaricia humana esta destruyendo nuestra planeta tierra.el hombre se a buelto.avaro.egoista no mira en los demas pero igual cuando morimos.nadie lleva nada todo lo dejamos aqui en la tierra. nuestra planeta tierra tiene para alimentar a toda la poblacion que en ella abita pero no pero no alcansa para la avaricia humana gracias