El pasado 14 de septiembre celebró sus 90 años de edad una de las figuras religiosas brasileras más importantes del siglo XX: el Cardenal Paulo Evaristo Arns de São Paulo. Al volver de la Sorbonne, fue profesor mío, cuando yo todavía andaba de pantalón corto, en Agudos-SP, y después, en Petrópolis-RJ, ya fraile, profesor de Liturgia y de teología de los Padres de la Iglesia antigua. Nos obligaba a leerlos en sus lenguas originales, en griego y en latín, lo que me infundió un amor profundo por los clásicos del pensamiento cristiano. Después fue elegido obispo auxiliar de São Paulo. Para protegerlo, porque defendía los derechos humanos y denunciaba, arriesgando su vida, las torturas a prisioneros políticos en las mazmorras de los órganos de represión, el Papa Paulo VI lo hizo cardenal.
Profético, pero manso como un san Francisco, mantuvo siempre la dimensión de esperanza, aun en medio de la larga noche de la dictadura. Todos los que lo encontraban podían infaliblemente oír como yo oí estas palabras firmes y fuertes: «valor, adelante, de esperanza en esperanza»
Valor o coraje, he aquí una virtud urgente para los días actuales. Me gusta buscar en la sabiduría de los pueblos originarios el sentido más profundo de los valores humanos. Por eso, en la reunión de la Carta de la Tierra celebrada en la Haya el 29 de junio de 2010, donde participaba activamente siempre junto a Mercedes Sosa cuando todavía vivía, pregunté a Pauline Tangiora, anciana maorí de Nueva Zelanda, cuál era para ella la virtud más importante. Para mi sorpresa dijo: «el coraje». Volví a preguntarle: «¿por qué exactamente el coraje?» Respondió:
«Necesitamos tener coraje para alzarnos en favor del derecho donde reina la injusticia. Sin coraje no se puede llegar a la cima de ninguna montaña; sin coraje nunca podrás llegar al fondo de tu alma. Para enfrentarte al sufrimiento, necesitas tener coraje; sólo con coraje puedes tender la mano al caído y levantarlo. Necesitamos coraje para engendrar hijos e hijas para este mundo. Para encontrar el coraje necesario tenemos que unirnos al Creador. Es Él quien suscita en nosotros coraje en favor de la justicia».
Pues este es el coraje que el cardenal Arns infundió siempre en todos los que valientemente se oponían a los que nos secuestraron la democracia, y detenían, torturaban y asesinaban en nombre del Estado de la Seguridad Nacional (en realidad, de la seguridad del capital).
Yo añadiría: hoy necesitamos coraje para denunciar las espejismos del sistema neoliberal, cuyas tesis han sido rigurosamente refutadas por los hechos; coraje para reconocer que no vamos al encuentro del calentamiento global sino que estamos ya dentro de él; coraje para mostrar los nexos causales entre los innegables eventos extremos, consecuencias de este calentamiento; coraje para revelar que Gaia está buscando el equilibrio perdido, lo que puede implicar la eliminación de millares de especies y, si no tenemos cuidado, también de la nuestra; coraje para acusar la irresponsabilidad de quienes toman decisiones, que siguen todavía con el vano y peligroso objetivo de crecer y crecer, sacando de la Tierra bienes y servicios que ella ya no puede reponer y por eso hacen que se debilite día a día; coraje para reconocer que el rechazo a cambiar el paradigma de relación con la Tierra y el modo de producción puede llevarnos irrefrenablemente a un camino sin retorno comprometiendo de este modo nuestra civilización; coraje para hacer la opción por los pobres contra su pobreza y en favor de la vida y de la justicia, como lo hacen la Iglesia de la liberación y el Cardenal Paulo Evaristo Arns.
Necesitamos coraje para sostener que la civilización occidental está en declive fatal, sin capacidad de ofrecer una alternativa al proceso de mundialización; coraje para reconocer la ilusión de las estrategias del Vaticano para recuperar la visibilidad perdida de la Iglesia y las falacias de las iglesias mediáticas que rebajan el mensaje de Jesús a un sedativo barato para alienar las conciencias de la realidad de los pobres, en un proceso vergonzoso de infantilización de los fieles; coraje para tener que sentar en la silla de Galileo Galilei en la ex-Inquisición para defender los derechos y la dignidad de los pobres de la tierra; coraje para anunciar que una humanidad que llegó a percibir a Dios en el universo y en su propio corazón, portadora de conciencia y de responsabilidad, puede todavía rescatar la vitalidad de la Madre Tierra y salvar nuestro ensayo civilizatorio; coraje para afirmar que, quitando y sumando todo, la vida tiene más futuro que la muerte y que un pequeño rayo de luz es más potente que todas las tinieblas de una noche oscura.
Para anunciar y denunciar todo esto, como hacía el cardenal Arns y la indígena maorí Pauline Tangiori, necesitamos coraje, mucho coraje.
importante la virtud que señala, muchas veces me siento con el deseo de cambiar las cosas, de hacer algo por mi realidad próxima de aportar. Tengo claro la urgencia de dignidad humana en todos los niveles sociales, en toda Latinoamérica, en toda mi nación y sobre todo en mi persona, sin embargo, aun no he hecho nada y con la virtud que señala me queda claro que sin ella jamas lograré lo que deseo. Bendito el que hace viva la palabra, bendito el que se transfigura en la voz en medio del desierto. Bendito usted por sus palabras.
D. Paulo Evaristo. Un hombre místico, una conciencia “más allá de su tiempo.” Hubo varios discursos y artículos que he leído y oído en los días de seminario. Incluso en un período en el que se prohibió esta práctica casi (1983-1989), estaba esperando para revistas como REB o periódicos que circulan nuevas ideas y propuestas de esta oración franciscana y valiente. Hoy en día, cuando la iglesia, las iglesias y la sociedad celebra su década de los noventa, creo que hay que decir: gracias a Dios Santo y Justo Padre-Madre por habernos dado la oportunidad de haber vivido, escuchado o sentido la presencia de D. Paulo Evaristo Arns, el hermano de Santa Zilda Arns, un amigo de los niños y los pobres.
José Soares de Jesús
Aracaju
Excelente nota , gran verdad , gran coraje para gran tarea a desarrollar
Dom Paulo Evaristo… Um homem revestido de coragem moral… um homem que segue iluminado pela profunda consciência do seu papel na formação de um padrão de pensamento profundamente comprometido com as premissas contidas no Evangelho do nosso Mestre cristão…
Dom Paulo Evaristo, segue, mantendo fielmente o primeiro e o segundo mandamento… “Amar a Deus sobre todas as coisas e ao próximo como a si mesmo”…
Ele sabe, que só haverá justiça sobre a Terra, quando estes preceitos cristãos forem profundamente respeitados, vividos na íntegra…
Dom Paulo, um homem, dedicado a servir a Deus e a humanidade. Com uma existência, dedicada a levar todo o povo a revisar seus pensares fundamentados no sofrimento e nos sofismas de uma formação religiosa desde os tempos remotos, que acomodam aos seguidores na apatia e falta de coragem para lutar pelos direitos inalienáveis do Homem… direitos estes que alimentam em toda a linha da história lutas e organizações universais.
Foi neste homem de Deus que personagens da Teologia da Libertação, como você Leonardo, o Frei Betto e outros, encontratram alento para continuar na luta pelos direitos do Homem… Foi nesta figura paterna e acolhedora que todo o povo pode sentir que podia seguir adiante na luta pelos seus direitos…
É isto Leonardo. Este homem merece mesmo, nosso respeito e consideração, pois ocupa com honra, junto a outros o seu lugar histórico na busca de fazer valer a compreensão da importância da Vida neste Universo de Deus…
Ternura amiga
Paz profunda
Lucia
Lucia,
Suas palavras são lúcidas e verdadeiras. Bela homenagem a Dom Paulo. Obrigado pelo reforço na luta comum, sua, minha, de Frei Betto e de tantos/as pelos direitos e pela dignidade humana.
Com carinho
lboff
Sim Leonardo
sigamos enfrente… cientes que o Amor oniativo transforma nossas atitudes porque modifica nossos pensamentos… é isto
Ternura amiga
Lucia
Obrigada,Leonardo Boff.Deus o usou para que passasse palvras necessárias neste momento em que meu pai encontra-se doente,está num leito,tem 87 anos,nos primeiros sinais de um AVC,pedi a Jesus Cristo que não deixasse que isso acontecesse,mas,foi permitido por ele,certamente,para que nos preparasse, para que aprendessemos mais com a doença e nos desse o entendimento e não nos tirasse uma pessoa muito especial,agora entendo que minha mãe teve Alzheimer,e hoje sofre menos .Tive a oportunidade ,não por acaso de ler O Pai nosso de Augusto Cury,e de madrugada hoje acordei e vi sua entrevista,trouxe-me conforto.Obrigada.Quanto à exploração de recursos naturais não renováveis,ouço afinal de contas Alguém criticar,a ambição imobiliária desenfreada…queimadas intencionais,para abrir novos condomínios…enfim tudo isso me incomoda.Ana