Escolha uma Página

Aquí va otro retazo de pensamiento de una teología mínima:
El sentido que damos a la vida depende del sentido que damos a la muerte. Si la muerte es el fin de todo, de poco valen entonces los muchos trabajos y duros sacrificios a los que nos sometemos cada dia.
Pero si la muerte es el fin, en el sentido de objetivo alcanzado, entonces todo ha valido la pena. Morir es vivir más y mejor.
Por eso tiene lógica la respuesta que dió Jean Paul Sartre, al final de su vida, a una periodista que le preguntó si continuaba siendo ateo. El filósofo respondió: “Continúo, pero con la esperanza esperante de que Dios exista, de lo contrario la vida no tiene sentido”.